For Ever
Cuando esta fragil copa de mi vida,
que de amarguras rebosó el destino,
en la revuelta bacanal del mundo,
ruede en pedazos, no lloreis amigos.
Haced, en un rincón del cementerio,
sin cruz ni mármol mi postrer asilo,
después, Oh mis alegres camaradas
seguid vuestro camino.
Allí, solo, mi Amada Misteriosa
bajo el sudario inmenso del olvido,
Cuán corta encontraré la noche eterna
para soñar contigo
Más Poesías
|